El Inter dejó una huella imborrable en la segunda jornada de la Champions League. Logró una impresionante victoria de 4-0 frente al Estrella Roja en el icónico Estadio San Siro. En la segunda mitad del encuentro, el equipo italiano desató su poderío ofensivo, dejando a los serbios sin respuesta y anotando tres de los cuatro goles que marcaron la contienda. Entre los protagonistas de la hazaña se destacó Lautaro Martínez, quien, con una rapidez deslumbrante, se puso manos a la obra y dejó su marca en el juego. Hizo su entrada triunfal en el ecuador del tiempo extra y, con maestría, selló el tercer gol del partido.
La primera mitad del partido fue un duelo intenso y equilibrado, donde ambos equipos lucharon codo a codo, sin que el conjunto de Simone Inzhagui lograra despegarse en el marcador. Las esperanzas de una victoria contundente se desvanecieron con un solo gol en los primeros 45 minutos. Hakan Calhanoglu se erigió como el héroe del momento, inaugurando el marcador con un magistral tiro libre apenas a los 11 minutos del primer tiempo. Eso es todo. Un desenlace que dejó con ganas de más a quienes anhelaban conquistar los tres puntos por primera vez en esta competencia.
En la segunda mitad, el Inter tomó impulso y se adueñó del San Siro con una presencia imponente. Sin alterar el rumbo del juego, Marko Arnautovic hizo su entrada triunfal para ampliar la ventaja. El delantero finalmente recibió la recompensa que tanto había ansiado tras su persistente esfuerzo, y lo logró a los 15 minutos del encuentro. En un movimiento audaz, Mehdi Taremi se adueñó del balón en tres cuartos de cancha y, con gran visión, habilitó al austríaco, quien solo tuvo que empujar la pelota frente al arquero, asegurando así su tanto.
Finalmente, Lautaro ha hecho su gran entrada. A lo largo de su carrera, el argentino ha ido dejando huella, y ahora, como si se tratara de un sencillo trámite, se ha consolidado como el tercer máximo goleador de la historia del club en la Champions League. Y tan solo siete minutos después de cruzar el umbral, lo llevó a cabo. Una vez más, Taremi se convirtió en el ladrón de balones en el área rival. Con una asistencia precisa, dejó a su delantero frente a frente y, sin pensarlo dos veces, disparó con maestría, desafiando al portero Omri Glazer en un nuevo mano a mano.