Recuerdo con cariño aquellos tiempos, cuando era una locura hablar de fichajes de 50-60 millones de euros. En el verano de 2009, Florentino Pérez volvió a la presidencia del Real Madrid con Cristiano Ronaldo, Kaká y Benzema. Cuando un club pagó 96 millones de euros por el astro portugués, el mundo entero levantó la mano. Su rostro está en las portadas de todos los periódicos y en el comienzo de todos los programas de noticias. Es algo inusual, pero hoy, 100 millones de euros son como 40 euros en los viejos tiempos.
Nada ha sido igual desde que Neymar hizo añicos el mercado en 2017 con los 222 millones de euros que pagó el PSG. Un fichaje que afectó al mercado global y que, sobre todo, le salió mal al Barcelona. Pagaron 160 millones de euros por Coutinho y 140 millones de euros por Dembélé. Un reproductor que estaba muy por encima de su precio y nunca entregó rendimiento.
Joven con mucha calidad y mucho tiro, pero que no ha mostrado más rendimiento que el mejor en la segunda división. Si Mudryk se gasta 100 millones de euros, ¿cuánto pagarían hoy Mbappé, Haaland o Vinicius? Antes fichabas a Cristiano Ronaldo con 100 kilos y asegurabas la victoria para la próxima década, ahora fichas a Mudryk y rezas para que el fichaje salga bien y no te arruines.
