El Real Valladolid ganó por poco un enfrentamiento contra el Huesca, con el gol de Messeguer justo delante, pero al final tuvo problemas. Fue la cuarta victoria consecutiva del Pselano, ya colíder, y la tercera derrota consecutiva del Huesca, que sigue luchando por la salvación.
Los lugareños salieron. Luis Pérez y Tárrega avisaron desde el inicio, pero Messeguer llegó en múltiples ocasiones para marcar de cabeza. Aunque Auburn intentó responder al balón suelto con un desvío peligroso, Monchu acumuló una clara doble oportunidad contra el inseguro Álvaro Fernández.
El hidalguense pareció despertar hacia el final del primer tiempo y comenzó a demorarse más en el área rival. Por tanto, tuvo la opción de un tiro libre directo de Villaraza, y un cabezazo desde fuera de Kento Hashimoto, dejando todo abierto el descanso final.
Después de la reanudación del conflicto, su ritmo se desaceleró. Psela mantuvo su dominio pero no estuvo tan vertical como en el primer acto, intentando dormir el partido. El Barça, por su parte, intentó montar un contraataque, aunque la opción más clara era Anouar, que no logró acertar ante Álvaro.
A medida que avanzaba el partido en la segunda mitad, ambos entrenadores reorganizaron sus banquillos, buscando que algunos pitaran penales y otros empataran. Este último se acercó a Auburn y cabeceó el balón en el área, pero casi falla.
La nueva lesión de Armas le mantuvo en la grada durante unos tensos últimos minutos antes de celebrar finalmente la cuarta victoria consecutiva de su equipo que le dejaba liderando el conjunto a falta de cinco jornadas y condenando al Huesca. El dolor continúa.
