Talleres venció 1-0 a Colonia en una noche calurosa en el Estadio Marcelo Bielsa de Rosario para avanzar a los octavos de final de la Copa Argentina 2024, donde el ganador se enfrentará a Boca y Almirante Brown, el ganador del partido.
La primera mitad del partido se jugó con mal tiempo, con un bar de Colonia con cabeza de bola provocando constantes interrupciones: explosiones de bombas, fuegos artificiales, escaladas sobre el alambre de púas y el miedo de los aficionados comunes como postales durante las cuales el árbitro Maxi Miliano Ramírez charlas con seguridad, capitanes y otros.
La gota que colmó el vaso llegó cuando, mientras una facción de la facción Zabalera plantaba su bandera en una lucha interna con otro grupo rival, los mismos actores exigían calma en público. El hito del trapo pareció calmar los ánimos y, por fin, llegó el momento de jugar al fútbol. Alexis Sabella fue el primero en darle trabajo a Guido Herrera, pero Marcos Pélée anotó en el breve tiempo de descuento al 48. Marcos Portillo cobró un tiro de esquina desde la izquierda y Federico Girotti remató de cabeza, pese a que Facundo Castet la quitó.
El mismo gol de ese partido encendió la moral del equipo durante toda la noche, y sólo se fortaleció cuando solicitaron un tiro penal a Paul Goeltz. Hacia el final, Herrera frustró a Ignacio Lago y Girotti desperdició una segunda oportunidad al fallar la palomita. El recién llegado rossoneri, Javier Toledo, de 49 años, luchó contra todo pronóstico y recibió una tarjeta roja en medio de crecientes tensiones, antes de que todo el equipo de Iván Delfino alertara a Lamy Ramírez, que se quejaba de no añadir más tiempo de juego.
Mientras tanto, los soldados de Walter Ribonetto se llenaban de pura alegría por su pueblo, que había pasado a la siguiente etapa y esperaba el próximo obstáculo el 19 de junio.
